viernes, 28 de octubre de 2011

¿Por qué?

¿Por qué?

¿Por qué me diste a probar el dulce néctar de los dioses para luego arrebatármelo con un simple “no”?

¿Por qué me diste la rosa para luego clavarme la espina?

¿Por qué te necesito si me haces daño?

¿Por qué me da el mundo la espalda aunque le muestre la sonrisa?

¿Por qué te sigo queriendo?

¿Por qué no acepté lo que me dictaba el corazón en el momento apropiado?

¿Por qué te amo si por dentro te odio?

¿Por qué te odio si por dentro me odio a mi misma?

¿Por qué no me das la oportunidad de hacerte feliz?

Tantas preguntas y la respuesta tienen nombre y apellidos.

Mi corazón ya no late como antes, estoy vacía por dentro.

La soledad es persistente, te ahoga por dentro.

El amor es una enfermedad que solo tiene dos curas: la correspondencia o el olvido…

Tendré que pensar como desemboca mi futuro…